A veces nos sentimos culpables por ser felices cuando hay tantas personas y seres vivos que sufren, tantas atrocidades, tanta injusticia. No cabe duda de que la felicidad y el amor son grandes dones por los que hemos de estar agradecidos.
Pero con ellos podemos hacer mucho más que eso, podemos compensar esa vibración pesada y densa del sufrimiento mundano y proyectar la energía vibrante de la felicidad y el amor que sentimos. No te la guardes para ti y para tus allegados. Sencillamente, proyéctala al mundo, al Universo. Suma felicidad al mundo y réstale sufrimiento...
Y ASI ES...
2 comentarios:
Hermosas y verdaderas reflexiones, que como siempre haces, elevan al ser humano a la categoría que le corresponde.
CUANDO LO DESEES, PASA POR MI BLOG A RECOGER EL PREMIO QUE MERECIDAMENTE TE HE CONCEDIDO.
Creo que ahí está la base de la solución...proyectar la energía positiva.
Nélida
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