El maestro Zen Thich Nhat Hanh pone de manifestó que “la tolerancia a semejantes personas –aunque no a sus acciones- surge sólo a través de la comprensión. Tenemos que comprender por qué se comportan de ese modo, cómo ha llegado a ser así, por qué no ve las cosas como nosotros las vemos”.
Ésta profunda introspección no puede alcanzarse racionalmente cuando se está profundamente afectado. “Nuestra mente racional protestará ante la idea de observar profundamente dentro de la mente de nuestro enemigo personal, tanto si es una única persona como si es un grupo de personas. Pero una vez que hemos mirado dentro de nuestro corazón, somos capaces de llegar a la comprensión de que todos somos una Unidad de este Universo, que estamos juntos en esta vida, el sol sale para todos de la misma forma, la lluvia cae sobre nosotros de la misma forma”. Todos somos merecedores de amor.
La tolerancia es un acto de amor, es una creencia en la que pensamos que nadie tiene una vida más valiosa que la de otro, que nadie es más y el otro es menos. Para aprender el valor de la tolerancia es preciso dejar de hacer juicios sobre lo que está bien y lo que está mal. A veces caemos en la equivocación de juzgar todo lo de alrededor y no mirar lo que hay dentro de nosotros mismos. Una persona sana emocionalmente no sabe juzgarse ni juzgar. Se acepta tal y como es y tal y como son. La tolerancia dice: estas acciones son acciones humanas y yo soy humana.
De nuevo quiero compartir las palabras del maestro Zen hablando sobre la persona a la que consideramos justo condenar: “ Si nos imaginamos como si hubiésemos nacido en su condición, podremos ver que nos habríamos vuelto exactamente iguales a él. Cuando hacemos eso, surge la compasión en nosotros en forma natural y vemos que esta persona debe ser ayudada y no castigada...”
¿ Porqué se es intolerante? Yo creo que la intolerancia es igual a miedo. El miedo atrae a la ira y con la ira podemos hacer estragos en los demás. Probablemente no nos haremos de un arma para acabar con el otro, pero si pensaremos en la forma más ruin de hacerle daño al otro. Como dije antes, es una acción humana. Pero los pensamientos de pueden cambiar y el único que puede hacerlo por nosotros, somos nosotros mismos, por tanto podemos cambiar la acción. Es muy importante ser conscientes de nuestros temores y sentimientos ya que todo lo que reprimimos en nuestro interior a la larga puede producir grandes tragedias.
Hace tiempo vi un reportaje en TV que me hizo pensar sobre esto. Un periodista alemán había estando investigando sobre los primeros años de juventud de Hitler y tras muchos años de búsqueda encontró pruebas sobre su presunta homosexualidad. Ahora comprendo (pero no comparto sus acciones) el por qué su gran odio hacia los homosexuales. No aceptó sus propios temores y sentimientos y los proyectó en forma extrema y degradada sobre otros seres humanos, con consecuencias trágicas.
Miremos hacia nuestro interior ya que a través de nuestras reflexiones amorosas el amor se nos vuelve multiplicado. Todo lo que uno da le viene de vuelta. Aprendamos a amarnos y a amar a los semejantes. EN ESTE UNIVERSO TODOS SOMOS UNO.
MUCHO AMOR Y MUCHA LUZ
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