La felicidad es una actitud mental que abre camino hacía la decisión de elegir o no ser feliz. La felicidad está dentro de todos nosotros, nacimos con ello, es innata al ser humano, es el amor eterno y sin fronteras en los corazones, lo que ocurre es que estamos obcecados en buscarla fuera de nosotros, haciendo caso al ego, es una felicidad disfrazada. Existen dos sendas que nos llevan a la elección: ser desgraciado o ser feliz. ¿Tú cual eliges?
MUCHO AMOR Y MUCHA LUZ
Rosa Arauz
4 comentarios:
Hermoso texto. Bella reflexión. Quien mejor que nosotros para hacer la felicidad. Lo que pasa es que somos a veces muy tercos y decidimos buscarla afuera, pensando que alguien nos la dará. Olvidando por completo, que la llevamos por dentro y que solo hay que alimentarla, con muchas ganas, con esperanza, con fe y sobre todo luz.
Un placer pasar a leerte.
Abrazos de luz y esperanza
Y siempre nos empeñamos en poner obstáculos a la felicidad..¿a que sí, abuela estupenda?
Siempre un grato placer el visitarte.
Gracias por compartir!
Abrazos de luz
En realidad, todo el mundo quiere ser feliz, lo que ocurre es que muchas veces no se tiene "visión". Como insinuas, la felicidad ya está aquí, está en nosotros, está a nuetro lado, incluso en los momentos de dolor; pero si no vemos la belleza que nos rodea en cada instante, no accedemos a la felicidad. La capacidad de ver esta belleza no es inmediata, no es fácil. Esto es debido a un fenotipo mental originado por la evolución que inhibe la generación de norepinefrina, serotonina, dopamina... y/o algunas substancias similares; y el fenotipo produce esta inhibición porque un estado de insatisfacción individual hace que el individuo tienda a buscar un desarrollo que beneficia la supervivencia de la especie (reproducirse, controlar su entorno, sobrevivir o vivir holgadamente, expandirse, cambiar de lugar, moverse). La infelicidad mueve al Homo sapiens a extender sus genes y prosperar des de un punto de vista material.
No obstante, sabiendo esto, uno mismo puede desprogramarse, contemplando la belleza que tiene ya a su lado y que los genes mueven a ignorar. La luz atravesando un vaso de agua, el firmamento estrellado de la noche, el sonido de las olas del mar, la desnudez del cuerpo en la playa, la belleza humana, el aroma del romero o el tomillo, una buena compañía, el sonido de una risa... Esto es gratuito y ayuda a nuestro cuerpo a generar esas sustancias que nos dan bienestar.
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