GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.
"No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece, maldita seas!"...
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó solo seis semanas crecer?.
No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
(Cuento Zen)
6 comentarios:
Por muchas veces que lea este Cuento, cada vez que lo hago, nunca dejo de sentir ese maravilloso mensaje que nos deja...
¿Sabes, Rosa?, me siento ORGULLOSO de tener amigos como tú y como nuestra Silvia. Y lo digo aquí, en público, ¡hala!
¡¡Sois DOS GRANDÍSIMAS PERSONAS LAS DOS!!
Gracias Rosa, tambien a Silvia, por compartir este maravilloso texto, metáfora de la vida...
Abrazo de luz, MIrta
Qué lindo cuento!! Muy hermoso, a las apuradas nada se aprende, para todo se necesita tiempo, porque los milagros se construyen con paciencia.
Besitos.
No hay que tener prisa...piano,piano...
De nada Rosa.
Precisamente fue Reysagrado quien primero me enseñó ese relato del bambú y des de ese preciso momento me encantó, por su gran moraleja.
Un fuerte abrazo a tod@s.
Precioso cuento Rosa,que me ha hecho recordar algo que leí que decía:
Viendo una hormiga caminar, me vino la reflexión de que la hormiga sabía a donde iba, cual era su cometido en esta vida, lo cumplía a la perfección, desde su minúsculo tamaño y en apariencia sin conciencia, disfrutaba haciendo su tarea, siendo una hormiga. Nadie le decía que tenía que hacer, como tenía que hacerlo, a donde tenía que ir, su instinto ya lo sabía desde el momento de nacer. Ahora me pregunto, porque la mayoría de los seres humanos no disfrutamos del camino siendo lo que somos, porque no confiamos en que cuando nacimos ya sabíamos cual era nuestra misión y nuestro camino. Quizás porque para eso tenemos que volver a recuperar la inocencia, porque es ahí donde esta escrito lo que tenemos que hacer y como hacerlo. Ahí esta escrito que somos seres de luz con alas para volar cual si fuésemos mariposas, que somos el mayor milagro que el amor creó, entonces disfrutemos del camino, de las atracciones del camino, sembrando paz, amor y alegría en nuestro camino, iluminando los tramos oscuros que encontremos, dejando y confiando en que el amor guíe nuestros pasos, actos y palabras. Abandonemos confiadamente en ese amor universal que nos trajo aquí y que cuida de nosotros y disfrutemos del camino.
Un placer ,el visitarte.
Muchos besos
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