En próximas fechas, asistiré a un Programa de Formación para Educadores en Inteligencia Emocional y Autoestima para niños y adolescentes. Hasta ahora, mi trabajo como terapeuta ha ido dirigido a adultos, ahora es el momento de realizar un sueño que he ido co-creando desde hace muchísimos años, ahora es el momento para seguir contribuyendo a la sanación emocional en la etapa tan fundamental como es la niñez y la adolescencia.
“Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza queno se inclina ante los niños” Khalil Gibrán
La autoestima marca el desarrollo del niño
La autoestima es un elemento básico en la formación personal de los niños. De su grado de autoestima dependerá su desarrollo en el aprendizaje, en las buenas relaciones, en las actividades, y por qué no decirlo, en la construcción de la felicidad. Cuando un niño adquiere una buena autoestima se siente competente, seguro, y valioso. Entiende que es importante aprender, y no se siente disminuido cuando necesita de ayuda. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma adecuada. Al contrario, el niño con una baja autoestima no confiará en sus propias posibilidades ni en las de los demás. Se sentirá inferior frente a otras personas y, por lo tanto, se comportará de una forma más tímida, más crítica y con escasa creatividad, lo que en algunos casos le podrá llevar a desarrollar conductas agresivas, y a alejarse de sus compañeros y familiares.
Algunos expertos afirman que una baja autoestima puede conducir a los niños hacia problemas de depresión, anorexia o consumo de drogas, mientras que una buena autoestima puede hacer que una persona tenga confianza en sus capacidades, no se deje manipular por los demás, sea más sensible a las necesidades del otro y, entre otras cosas, esté dispuesto a defender sus principios y valores. En este sentido, sería recomendable que los padres se preocupasen tanto por mantener una buena salud física en sus hijos, como por fomentar su estabilidad y salud emocional. La autoestima es una pieza fundamental en la construcción de los pilares de la infancia y adolescencia.
La autoestima no es una asignatura que se aprenda en el colegio. Se construye diariamente en a través de las relaciones personales de aceptación y confianza. El lado emocional de los niños jamás debe ser ignorado por los padres y profesores. Hay que estar atentos a los cambios de humor de los niños y a sus altibajos emocionales. Desde el nacimiento a la adolescencia, por su vulnerabilidad y flexibilidad, los niños deben encontrar seguridad y afecto en las personas que les rodean y los padres pueden hacer mucho por mejorar la autoestima de su hijo. Todo lo que se consigue en este periodo de desarrollo y crecimiento físico, intelectual y emocional puede sellar su conducta y su postura hacia la vida en la edad adulta.
UN NIÑO SANO EMOCIONALMENTE, SERÁ UN ADULTO SANO EMOCIONALMENTE
GRACIAS QUERIDO UNIVERSO POR PERMITIRME SEGUIR AYUDANDO, GRACIAS POR PONER EN MI CAMINO A MIS FORMADORES. MUCHO AMOR Y MUCHA LUZ
3 comentarios:
Si todos estuvieramos concietes de lo importate que so esas etapas en nuestros hijos creo que tendriamos un mundo mejor...
Besos
Hola Rosa
Me parece un enfoque estupendo el que das y aportas. Hay que empezar por la base, por los niños. Eso sí, sin descuidar a nosotros los adultos en el mismo trabajo.
Saludos.
se respira la misma paz al entrar ... hoy con niños ... un saludo
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