Bebé despertándose |
Parafraseándome
a mi misma: Dime cómo hablas y te diré como eres.
Hay que prestar especial atención a las palabras que verbalizamos, ya que son
el producto de nuestros pensamientos, de nuestros diálogos internos. Si pienso
amor, hablaré amor, si pienso rabia, hablaré rabia, si pienso unicidad, hablaré
unidad, si me juzgo, juzgaré, si pienso temor, encontraré miedo. Y así,
queridos amigos, transcurre la vida, creando situaciones que desde la
soledad, cada uno se pregunta ¿qué es lo que está pasando con los demás? ¿por
qué me tratan así? ¿qué he hecho yo para merecer esto?. Cuando
"despertamos" nos encontramos con el maravilloso tesoro que viene de
la mano de la consciencia de qué lo que me ocurre, no está fuera, sino en mi
propia mente, y en ese preciso instante, ahí es donde se produce el milagro,
ahí en ese preciso instante, dejamos de ser victimas y tomamos nuestro propio
poder personal, ahí es cuando nos convencemos, cuando verdaderamente creemos,
de que no somos victimas de las circunstancias, sino somos los únicos
responsables de ellas.
Y ASI ES...
® Rosa Arauz
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